Estas etapas de tránsito serían:
Es la primera fase del ciclo familiar. La pareja ha de
ponerse de acuerdo en muchos aspectos a la hora de comenzar a vivir juntos:
tareas domésticas, amistades, economía, ocio, relaciones sexuales, contactos
con las familias de origen, etc. Estos temas van surgiendo en la pareja y
generan crisis. Las crisis pueden ser oportunidades para el crecimiento de la
relación.
II. Convertirse en padres:
Cuando una tercera persona entra en la relación de la pareja
es necesario reorganizar las situaciones del día a día; la comunicación de la
pareja es primordial: los padres han de ponerse de acuerdo a la hora de educar
al hijo, apoyándose mutuamente y guiándolo al unísono. Si hay conflicto entre
ellos, el hijo puede quedar en medio y generar un síntoma. Entonces los padres
lo ven como un hijo “con problemas”, cuando lo que está sucediendo que los padres están evitando el conflicto entre ellos y se utiliza al hijo como chivo expiatorio. (Triangulación)
III. Período Intermedio
Se da cuando los hijos entran en la adolescencia. A veces, los
padres tienen unas expectativas altas e
idealizadas sobre los hijos y no son capaces de ver al hijo tal y como es y
aceptarlo. Pueden llegar a sentir mucha angustia y frustración. El adolescente
no comunica a los padres las razones de su conducta, más bien suele sentirse
incomprendidos Los padres tienden a querer controlarlos, lo que hace que los chicos
se alejen aún más de los padres.
IV. Emancipación de los hijos.
En esta etapa los hijos se van de casa. Cuando los
progenitores han funcionado más como padres que como matrimonio y ahora se
quedan en casa, les sucede que tienen “poco que decirse”. Puede pasar que un
hijo quede “atrapado” en la relación de ambos, y no logre su emancipación. Si
se emancipa, se da síndrome del nido vacío, debido a la ausencia de relación de
ellos como pareja.
V. Retiro de la vida activa:
Se refiere a la etapa de jubilación y a la de ser abuelos.
Se deben reorganizar las reglas de convivencia, pues ahora el matrimonio pasa
más tiempo en casa. Además, como abuelos, pueden ser de gran ayuda para sus
hijos. También pueden perjudicar la relación entre éstos y sus propios nietos
si se interponen en la relación entre ellos, bien descalificando, compitiendo o
aliándose con el nieto en contra del hijo.
Es muy significativo el hecho de que de estas cinco etapas,
tres tienen que ver con los hijos. Es muy importante que los padres estén de
acuerdo a la hora de conducir al hijo para que una familia comience a desarrollarse
sana y feliz.
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