En este artículo quiero hablaros del
las atribuciones. Las atribuciones son las explicaciones que le damos
a la conducta de los demás. Cuando nos fijamos en el comportamiento
del otro le damos un sentido a lo que hace. Esa explicación
está influida por nuestras experiencia pasadas. También hacemos atribuciones de nuestra propia conducta.
Es importante reconocer las
atribuciones que hacemos. En referencia a conductas que "no esperamos" existen 3 tipos de atribuciones:
Por maldad: no quiere.
Por ignorancia: no sabe.
Por enfermedad: no puede.
Son diferentes maneras de valorar un comportamiento que influirán en nuestra reacción.
Por ejemplo, un niño que está en casa
con los padres y no ha hecho los deberes. Los padres pueden pensar
que no los hace porque no quiere, y entonces, enfadarse con él. Otra
forma de mirarlo sería pensar que no sabe hacerlos, que tiene
dificultades, y actuar acercándose a él para echarle una mano.
Otro ejemplo: una persona que no está
rindiendo en el trabajo como de costumbre. Si esa persona piensa que
está perdiendo capacidades, o que no sabe cómo hacerlo, se puede
llegar a sentir mal consigo misma, por incapaz, y llegar a
devaluarse. Si atribuye a que está más cansado de lo normal,o
que ahora está en otro momento de su vida, será más fácil que se
respete en su momento, sin llegar a devaluarse por ello. Si su
jefe atribuye su conducta que a que no quiere trabajar, puede verse
en serios problemas.
Es importante ver alternativas a
nuestras explicaciones. En terapia, como profesional, trabajo desde
el acompañamiento proporcionando vías de desarrollo desde las
cuales la persona pueda establecer alternativas a sus atribuciones
habituales, cuando éstas les pueda traer consecuencias nocivas.
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