18 de septiembre de 2012

Metáfora de la Muerte

Hay un relato mitológico que nos habla de la muerte, que tuve el privilegio de escuchar de un gran maestro y que hoy quiero compartir con vosotros. Se trata de la historia de amor de Orfeo, dios de la Música y la Poesía, y la bella ninfa Eurídice.
“Orfeo y Eurídice eran felices amándose, hasta que un día, Eurídice sufrió la picadura de una serpiente y murió. Orfeo, triste y dolido, decide descender al mundo de los muertos para recuperar a su amada.
Orfeo logra entrar en el submundo para recuperar a Eurídice. Pero le imponen una sola condición para recuperarla: en el camino de vuelta, no se le permite girarse y mirar hacia atrás hasta que no salgan y les toque la luz del exterior. Si lo hace, ella, que camina tras él, desaparecería para siempre.
Orfeo camina seguido de Eurídice, confiando en que su amada le sigue. Pero ya en la salida, su impaciencia le hace girarse, y en ese instante, Eurídice se desvanece delante de sus ojos. Orfeo promete no volver a amar a nadie más. Y así lo hace, pero se entretiene con jovencitas, hasta que acaba siendo devorado por ellas.”


Las personas que estamos vivas debemos mirar hacia delante. Saber que los que se fueron, siempre estarán con nosotros, y que hemos de vivir con alegría lo que nos han dejado. ¿Qué hubiera pasado si Orfeo hubiera amado a otra mujer? Probablemente Eurídice se hubiese alegrado.


2 comentarios:

  1. Pues si. Seguro que las personas que nos dejan desean lo mejor a las personas que quieren.

    Por cierto soy Pérfida
    Un saludo coleguita

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  2. Hola, Pérfida, me alegro de encontrarte por aquí.
    Gracias por tu comentario.

    Sí, en esto consiste el amor, en desear lo mejor para el otro, con nuestra o sin nuestra compañía.

    Saludos!

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