20 de diciembre de 2012

Meditación Osho

Os dejo una entrada sobre una meditación de Osho, que me ha parecido interesante:

Si corres muy rápido, la propia velocidad te produce una intoxicación. Por eso es que hay tanta adicción a la velocidad. Si conduces un automóvil, la mente quiere ir cada vez más rápido. Te hace intoxicar. La velocidad libera ciertos químicos en el cuerpo y en la sangre; por eso te gustaría seguir apretando el acelerador. Simplemente corre a toda velocidad un día y observa qué pasa. Llega un momento en que la velocidad toma el poder: esta es la aceleración de la velocidad.
Justamente lo contrario sucede si vas más despacio. ¿Qué está haciendo un Buda debajo de un árbol? Disminuye la velocidad, nada más. ¿Qué te estoy enseñando continuamente? Disminuye la velocidad. Llega a un punto en el que no haya velocidad en tu interior, en el que nadie corra. En ese momento se produce la atención consciente: te vuelves iluminado.
Hay dos polos: uno es la velocidad; entonces te intoxicas, te vuelves inconsciente. El otro es la ausencia de velocidad: reducir la marcha completamente, totalmente, detenerse absolutamente. Súbitamente te vuelves iluminado.

Primer paso:


Reduce tu velocidad. Come despacio, camina despacio, habla despacio, muévete muy, muy despacio, y poco a poco llegarás a conocer la belleza de la inactividad, la belleza de la pasividad. Entonces te intoxicas, estás completamente alerta y consciente.

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