
No se puede reconocer la existencia de un lado sin reconocer el otro: si siempre hay luz, uno ya no es capaz de vivenciar la luz, necesita vivenciar el ritmo de luz y oscuridad para ser capaz de vivir esa luz.
Este taller es una puerta abierta al reconocimiento de nuestras polaridades, dando paso a una integración armónica: una creación nueva que nos permite transformar nuestros polos en energías cooperadoras. Es una vía de crecimiento donde se integran rasgos opuestos. Por ejemplo, la debilidad y la bravuconería pueden integrarse en una silenciosa firmeza.
Así pasamos de una visión unilateral a una comprensión mucho más profunda de la estructura y función de nuestro organismo.
Sentirse bien significa ser uno consigo mismo.
Contacto: Isabel Mª Chueco Ruiz